Efectivamente, los antofagastinos recordarán los tiempos en que el suministro de agua era una de las grandes deficiencias de la ciudad, no solo por su escasa disponibilidad –que impacta sobre su precio- sino que también por su calidad asociada al arsénico.
En la actualidad el 50% del consumo de la ciudad corresponde a agua de mar desalada en la planta que Aguas Antofagasta posee en el sector La Chimba. “Estimamos que a fines del próximo año ese porcentaje suba a un 67% cuando esa desaladora funcione en un 100% de su capacidad”, explicó el gerente general de Aguas Antofagasta Marco Kútulas.
La firma está desarrollando una ampliación de la actual planta –que demandó una inversión de US$ 12 millones- y que le permitirá producir hasta 600 litros por segundo de agua desalada.
Sin embargo, para lograr la meta de abastecer a Antofagasta en un 100% de agua desalada requieren construir una nueva instalación, la que estará ubicada en el sector sur de la ciudad.
“Su plazo de construcción dependerá de distintos factores y esperamos que esté operativa de 3 a 5 años más. Su costo va a estar definido al término de la etapa de proyecto y contará con la última tecnología en desalación. Esto nos coloca como un referente a nivel nacional y latinoamericano, pues contamos con personal altamente calificado”, sostiene Kutulas.
En el mundo hay muy pocos casos de ciudades abastecidas 100% con agua de mar, sólo las Islas Canarias y en el Golfo Pérsico hay ejemplos.
Además y para fomentar el desarrollo de inteligencia en torno a los procesos de desalación y uso eficiente del recurso, la sanitaria antofagastina firmó distintos convenios con universidades de la zona.
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