Guillermo Pickering de la Fuente
Presidente ejecutivo de ANDESS*

En las últimas décadas, el agua se ha transformado en un recurso valioso, sobre el que se han generado discusiones tanto en el ámbito de cada país, como en la comunidad de las naciones en su conjunto, intensificadas por las consecuencias del calentamiento global y el fortalecimiento de una mayor conciencia de las personas por la protección del entorno y de los recursos escasos. Y este mayor interés se aprecia en el creciente número de congresos, especialistas y centros de estudios dedicados al tema.

Más allá de que estemos atravesando un año particularmente seco, lo que sensibiliza mayormente a las personas, asegurar su disponibilidad para las futuras generaciones se ha convertido en un objetivo de importancia mundial, una vez que hemos advertido que no se trata de un recurso inagotable.

Para generar mecanismos que garanticen esa disponibilidad para las siguientes generaciones, Chile se ha ido incorporando a esta discusión, siendo actualmente un debate con diverso y progresivo número de participantes, especialmente jóvenes.

Garantizar el uso sustentable del agua es un desafío que no puede ser asumido por grupos aislados o acciones individuales, sino por políticas públicas que incorporen a los distintos usuarios del recurso. Y no puede ser una discusión generalizada, sino que debe enfrentarse territorialmente, analizada cuenca por cuenca, para poder establecer prioridades y condiciones de uso.

Para ello, es indispensable conocer los recursos disponibles, tanto superficiales como subterráneos. No puede haber un debate informado y productivo sin conocimiento sobre quiénes poseen derechos de utilización y para qué fines, por ejemplo.

Es destacable que la ciudadanía asuma como propio un tema que supera ampliamente su capacidad de acción, éste es también un tema ciudadano, lo que con seguridad provocará un interesante y profundo debate sobre el tema.

En ese contexto, la industria sanitaria chilena, que abastece a cerca de 15 millones de habitantes del país con suministro de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas servidas y ocupa para ello sólo un 6% del agua cruda disponible en el país, ha decidido intervenir constructivamente en cada una de las instancias en que exista interés y discusión sobre la materia.

Chile tiene mucho que avanzar en materia del uso sustentable del agua porque, por ejemplo, mientras la industria sanitaria descontamina ambientalmente las aguas servidas domésticas, observamos con preocupación que existe una gran brecha en otros sectores en los que se refiere al uso sustentable del recurso.

Al igual que en la primera década de este siglo el país se propuso como meta elevar su estándar sanitario tratando las aguas servidas domésticas, y con ello descontaminó ríos lagos, borde costero y más de 150 mil hectáreas de riego, pensamos que en esta década el desafío país debe ser perseguir y lograr el uso sustentable del recurso en la agricultura, la industria y la minería, sin perjuicio de reconocer que este último sector ha hecho importantes avances en la materia en los últimos años.

Si queremos sentir que estamos haciendo algo por reducir el impacto de la creciente escasez hídrica, podemos empezar cuidando nuestras propias acciones, evitando fugas en las redes y en los artefactos y cuidando de eliminar la basura y desechos químicos o altamente contaminantes de la forma apropiada.

De esta manera, los grandes y los pequeños esfuerzos de todos pueden contribuir a que las generaciones siguientes sigan disponiendo de este vital elemento.

*Presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios, ANDESS AG.

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