Edición Nº20, 06 de Junio de 2011
 
 


EL AGUA DE LA LLAVE LA LLEVA

Guillermo Pickering de la Fuente
Presidente ejecutivo de ANDESS
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El agua potable, tan cotidiana en todos los centros urbanos de Chile, es fruto de rigurosos procesos de producción, que han significado el trabajo sostenido de una exitosa asociación público-privada, el decidido compromiso de los trabajadores y una inversión de más de US$ 3.500 millones en más de una década, destinada a lograr una cobertura universal e ininterrumpida del servicio, respondiendo a una tradición centenaria de políticas públicas en esta materia.

En Chile, el agua de la llave es 100% potable, no contiene colorantes, endulzantes ni saborizantes y su calidad es avalada por cientos de miles de muestras analizadas por laboratorios acreditados, cuyos resultados son controlados por las autoridades regulatorias y de salud. Independientemente de cuál sea la fuente de la que se obtiene, el agua potable en Chile llega a más de cuatro y medio millones de hogares lista para su consumo directo, las 24 horas del día, los siete días de la semana.

Sin embargo, por provenir de distintas fuentes –ríos, napas subterráneas y el mar-, su percepción de sabor y otras cualidades son diferentes, según la región del país donde se elabore: mientras que el agua potable producida a partir de fuentes subterráneas son más “duras”, pudiendo acumular sarro en los artefactos domésticos pero inocuas para la salud de la población, la producida de fuentes superficiales como lagos o ríos es más “blanda”, con sensación de jabonosa, lo que se nota en la dificultad para enjuagar detergentes, jabón o champú, por ejemplo.

No obstante lo anterior, y a pesar de estas diferencias en su percepción, la forma de evaluar la calidad del agua potable es la misma en cada localidad del país, ya que Chile tiene normas aún más estrictas que las establecidas por la Organización Mundial de la Salud para controlar los elementos que contiene naturalmente o que deben agregársele, precisamente para hacerla sana para el consumo humano.

Lo anterior, que a los chilenos nos parece tan natural, no es lo que sucede en muchos países de la región, donde aún quedan ciudades que no cuentan con suministro regular de agua potable y donde el acceso universal y continuo a este servicio todavía es una aspiración de muchos. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en la actualidad 120 millones de personas que viven en las ciudades carecen de agua apta para el consumo en América Latina.

En Chile, el agua potable llega a prácticamente el 100% de las personas que habitan en zonas urbanas a un precio promedio de $1 por litro, no hay nada más disponible y saludable para hidratar y refrescar el cuerpo humano. Por eso, lo bueno de tener sed, es que hay millones de llaves.

*Presidente ejecutivo
Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios
ANDESS A.G.

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