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Hidrátate con confianza

Chile se encuentra entre los 40 países del mundo donde es más seguro beber agua y es el país latinoamericano con mayor expectativa de vida al nacer. Según la OCDE, la expectativa de vida al nacer en Chile es de 81 años – en línea con los países desarrollados.

El agua potable o agua de la llave que se distribuye en las ciudades chilenas es sana y segura, gracias a una norma exigente de calidad y estrictos controles de las empresas de agua y las autoridades sectoriales y de salud. Esta norma se basa en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y es validada por el Ministerio de Salud en Chile.

En la actualidad, pese al complejo escenario climático, el agua potable llega en oportunidad y cantidad a todos los habitantes de las ciudades de Chile y el 100% de las aguas servidas urbanas recolectadas son descontaminadas en sistemas de tratamientos modernos, evitando que afecten cuerpos de agua.

Muy pocos países en América Latina pueden entregar esa garantía.

Agua potable en Chile

Tomar agua potable en las ciudades chilenas es sano y es seguro para la salud.

Es una afirmación que nuestra industria puede hacer con toda responsabilidad: el agua que producen y distribuyen las empresas sanitarias chilenas es apta para el consumo humano y para todo uso doméstico habitual.

Cuando hablamos de agua potable nos referimos a un agua limpia, transparente, con minerales como sodio, magnesio, calcio en las cantidades adecuadas, y que cumple con la norma nacional de agua potable, elaborada por médicos siguiendo las Guías de agua para consumo humano de la Organización Mundial de la Salud. 

El proceso de potabilización implica filtrar el agua para quitarle las impurezas y luego eliminar cualquier microorganismo o bacteria mediante la desinfección con cloro. Por último, es sometida a numerosos análisis en planta y en la red de distribución, para asegurar que llegue a los hogares en óptimas condiciones.

Diferencias regionales

Las características del agua potable dependen en gran medida de la fuente natural de donde se extrae, lo que hace que la percepción de sabor que tienen las personas varíe a lo largo del territorio nacional. En breve, el sabor puede variar, pero las normas de calidad son las mismas para y el agua de la llave es igual de buena y segura.

Por ejemplo, el agua potable producida a partir de fuentes subterráneas, como pozos o sondajes que abastecen gran parte de la zona centro norte del país, contiene más sales minerales (principalmente de calcio) y se dice que es más “dura”. Por otra parte, el agua producida desde fuentes superficiales (como lagos o ríos), es más “blanda”.

El proceso de potabilización varía dependiendo del origen del agua. No obstante, sin importar cuál sea la fuente desde la cual se obtiene, el agua potable en nuestro país llega a más de cinco millones de hogares urbanos lista para su consumo directo, los siete días de la semana y durante las 24 horas.

Agua segura, más años de vida

La Universidad de Yale creó el Índice de Desempeño Ambiental (EPI por sus siglas en inglés) para categorizar qué tan segura es el agua que se bebe en cada país del mundo, incluyendo Chile. 

Los expertos de Yale asignan a cada país una puntuación de calidad del agua basada la tasa DALY: el número de años de vida potencialmente perdidos (tasa APVP) y/o vividos en discapacidad (tasa AVD) por cada 100.000 personas debido a la exposición al agua potable insegura. Este número en sí se basa en el estudio Global Burden of Disease del Instituto para las métricas y evaluaciones en Salud (IHME).

Chile se encuentra entre los 40 países del mundo donde es más seguro beber agua y es el país latinoamericano con mayor expectativa de vida al nacer. Según la OCDE, la expectativa de vida al nacer en Chile es de 81 años – en línea con los países desarrollados.

Normas de calidad y controles estrictos

Chile cuenta con la Norma Chilena 409, que establece límites para los elementos presentes en el agua de la llave. Esta norma fue elaborada por médicos y cuenta con el respaldo del Ministerio de Salud de Chile.

El agua potable en Chile debe cumplir 43 parámetros de calidad, que se pueden agrupar en cuatro tipos:

  1. Parámetros microbiológicos, 
  2. Parámetros químicos,
  3. Parámetros radioactivos 
  4. Parámetros físicos y
  5. Desinfección.

La NCh409 se basa en el documento técnico Guías para la calidad del agua de consumo humano, que periódicamente actualiza la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

El cumplimiento de esta norma es fiscalizado por las empresas sanitarias, por la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) y por las autoridades de salud (Ministerio y Seremis de Salud).

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Análisis constantes

Para asegurar los buenos resultados del proceso de potabilización, cada año se realizan más de 1 millón de controles. Estos análisis se realizan en las fuentes de abastecimiento del agua potable, subterráneas o superficiales, en las plantas de potabilización, y en las redes de distribución que llevan el agua a todos los hogares urbanos. 

En las plantas, la toma de muestras para análisis en laboratorios es constante, mientras equipos de las empresas sanitarias y de las autoridades fiscalizadoras salen a terreno periódicamente para recoger muestras en la red de distribución.

De acuerdo con el último informe publicado por la SISS y que da cuenta del quehacer de la industria en 2022, el cumplimiento a nivel nacional en materia de calidad del agua potable en los ámbitos microbiológicos, químicos y físicos establecidos fue de un 99,59%.

Chile, referente mundial

Gracias a los éxitos del país en cobertura de agua potable, recolección y tratamiento de aguas servidas, Chile se sitúa en una posición destacada en el contexto mundial y está muy lejos de la dura realidad que muestran los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS): en marzo de 2023, unos 2.000 millones de personas carecen de acceso a agua segura para beber y 3.600 millones, casi la mitad de la población mundial, usan baños que dejan los desechos humanos sin tratar

En 2022 había en el mundo al menos 1.700 millones de personas que tomaban agua para consumo de fuentes contaminadas con heces.

En la actualidad, no hay otra nación de América Latina que se sitúe en las proximidades del 100% en cobertura de tratamiento de aguas servidas urbanas, índice que Chile alcanzó a partir de 2012. Más aun, comparando los niveles de cobertura de Chile con otros países de la región, son equivalentes a los Canadá y EE. UU., los dos países desarrollados del continente.

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