Edición Nº13, 13 de Octubre de 2010
 
Columna de Guillermo Pickering


Robo de agua potable

El robo de agua potable es un problema que no ha sido suficientemente considerado como tal por los clientes de los servicios sanitarios. Al contrario de lo que podría suponerse, no se limita a los sectores poblacionales más vulnerables, o de menores ingresos, sino que atraviesa los distintos segmentos del espectro socioeconómico.


Se acerca la temporada estival y, con ella, se incrementa también el fraude o robo de agua, mediante técnicas que van desde la manipulación de los medidores, hasta la intervención en las redes de distribución. Se estima que en Chile el robo de agua supera los 20 millones de m3 al año, cantidad suficiente como para abastecer de agua potable a una ciudad del tamaño de Antofagasta o Temuco en igual periodo de tiempo.

Las razones para incurrir en esta falta pueden ser muy variadas, pero todos se exponen por igual a penas que van desde multas, hasta presidio menor. Cuando un usuario roba agua, no sólo está defraudando a la compañía que se la provee, o al fisco, por los impuestos que deja de pagar por este concepto, sino que perjudica directamente a otros clientes y pone en riesgo la calidad del servicio para todos.

Contradictoriamente, pese a su mayor visibilidad, el uso de los grifos para fines distintos de las necesidades de Bomberos tampoco es percibido como robo de agua por la comunidad y se le denuncia más bien cuando causa inconvenientes en el vecindario. Esto, además del fraude a las compañías, ha demostrado poner en peligro la seguridad de aquellos mismos que intervienen los grifos

Para enfrentar este problema, las compañías monitorean permanentemente las características de consumo y realizan inspecciones en terreno para detectar el fraude.

El robo de agua potable es un problema que no ha sido suficientemente considerado como tal por los clientes de los servicios sanitarios. Al contrario de lo que podría suponerse, no se limita a los sectores poblacionales más vulnerables, o de menores ingresos, sino que atraviesa los distintos segmentos del espectro socioeconómico.

Para la industria, prevenir el fraude en el pago de los servicios sanitarios es una tarea permanente, con clientes que van tomando conciencia de sus propios perjuicios, frente a la impunidad en que creen quedar quienes abusan del sistema. Reportajes en televisión sobre los “robos VIP” a las empresas eléctricas o a las autopistas concesionadas, campañas del gobierno llamando a no evadir el pago del transporte público, van sensibilizando a la opinión pública para no permitir el abuso de otros que, aunque parezca invisible, termina afectándolos invariablemente.

Por eso, continuaremos sumando esfuerzos con el sector público, a través de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, para juntos incentivar en la ciudadanía tanto el cumplimiento de las normas vigentes, como la denuncia de aquellos casos en que alguien de su entorno está infringiendo la ley.

Guillermo Pickering
Presidente ejecutivo de Andess


volver



Rosario Norte 530, oficina 1304, Las Condes. Teléfono: (56 – 2) 202 83 60 Santiago - Chile