Guillermo Pickering de la Fuente
Presidente ejecutivo de ANDESS*

El brote de cólera detectado en Haití ha puesto nuevamente sobre la mesa un tema que creíamos olvidado. Desde 1991, en Chile prácticamente no escuchábamos hablar de esta enfermedad entérica. Sin embargo, con motivo de la expansión del brote a Centro América, el ministerio de Salud activó las alertas y ya inició un plan de prevención. Las recomendaciones son simples y, por lo mismo, es probable que sorteemos con éxito esta amenaza: la clave está en el agua y su calidad, ya sea la que bebemos o con la que estamos en contacto en el mar, ríos y lagos.

A diferencia de lo vivido a comienzos de la década de los noventa -cuando el acceso a agua potable en zonas urbanas era del 97% y la cobertura en descontaminación de aguas servidas menor al 5%-, en la actualidad estamos en mejores condiciones para enfrentar el riesgo de esta epidemia. Esto, debido al acceso casi universal al agua potable (prácticamente el 100% en las áreas urbanas), la descontaminación de las aguas servidas y el saneamiento de diferentes cuencas a lo largo del país.

El nivel de desarrollo de la industria del agua en Chile nos ha permitido mantener un liderazgo histórico en la región, gracias a adecuadas políticas públicas, innovación e inversión en la modernización de los servicios, que solo en los últimos 10 años ha sido superior a los $US 3.500 millones. Ello ha impactado directamente en la calidad de vida de las personas y en el logro de mejores indicadores en temas de salubridad, como ha sido la erradicación y control de enfermedades entéricas, como el cólera.

En materia de agua potable, los prestadores de servicios sanitarios están obligados a garantizar y cuidar la calidad del agua que suministran a sus clientes, por ello han implementado diferentes tecnologías de tratamiento y potabilización, aplicando los más altos estándares internacionales.

En otro aspecto, los más de 260 sistemas de descontaminación de aguas servidas a lo largo del país nos han permitido alcanzar cerca del 90% de cobertura para este fin de año en las áreas urbanas, lo que significa que el agua que se devuelve al medio ambiente es limpia y se traduce en un beneficio concreto para 13 millones de chilenos, más de 150.000 hectáreas aptas para riego seguro de hortalizas y que podemos disfrutar de playas, ríos y lagos más limpios para uso recreacional, sin riesgo para nuestra salud.

Sin embargo, y especialmente en la época estival, en la que hay un gran desplazamiento de personas a centros de veraneo, habrá que tomar medidas adicionales en localidades y balnearios rurales que no cuenten con sistemas de agua potable debidamente fiscalizados por la autoridad. En estos casos, las personas deberán recordar hervir el agua para beber por diez minutos y consumir pescados y mariscos cocidos, recomendaciones básicas para la prevención de esta severa infección intestinal, así como otras de similar transmisión.

volver