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“Smart cities” y la industria sanitaria Smart cities (‘ciudades inteligentes’ en inglés) es un concepto que está adquiriendo cada vez más importancia a nivel mundial. Consiste en concebir el funcionamiento de la urbe como un sistema integrado, eficiente, flexible, enfocado en la optimización y el ahorro de los recursos en todos los ámbitos. Como sector sanitario queremos levantar la mirada para contribuir a una reflexión sobre ‘ciudades inteligentes’ en Chile.
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El ordenamiento territorial, el transporte, la seguridad, la energía, los residuos, las edificaciones, la educación y la salud, entre otros, serán planificados y gestionados de manera ‘inteligente’, mediante sistemas altamente tecnologizados. Así, se prevé que las smart cities del futuro tendrán importantes beneficios económicos, medio ambientales y sociales y, por ende, individuales, pues su finalidad es la convivencia armónica de los ciudadanos del futuro, un verdadero cambio de paradigma propio del desarrollo y avances del Siglo XXI. Si bien la utilización de las nuevas tecnologías es la base de este salto cualitativo, existe un elemento tanto o más importante en juego: para su funcionamiento, las smart cities requieren ciudadanos igualmente ‘inteligentes’, proactivos e interesados en los asuntos públicos con decidida voluntad de caminar unidos en estos objetivos. Como dato alentador debemos considerar el hecho de que desde hace poco menos de un año, una corriente mundial de ciudadanos informados y activos está pronunciándose en todos los continentes. Lejos de una amenaza, este espíritu crítico bien puede contribuir a avanzar más rápido hacia un debate sobre smart cities. La importancia de comenzar a abordar estos temas en Chile es crucial desde todo punto de vista. Un botón de muestra lo constituye, por ejemplo, un estudio reciente de la consultora McKinsey, en el cual se señala que cada dólar de Producto Interno Bruto que genera Santiago necesita un 60% más de energía de la que se requiere en Helsinki (capital de Finlandia). A todas luces, aquí estamos ante un desafío mayor. El sector sanitario en Chile ha ido avanzando en las últimas décadas a paso firme, mejorando sus indicadores y eficiencia. Las empresas sanitarias, que sólo operan en las zonas urbanas, actualmente atienden a 15 de los 17 millones de chilenos, para lo cual utilizan sólo el 5% del agua que todos los sectores usan para el desarrollo de sus actividades económicas. A su turno, la cobertura de agua potable y alcantarillado han alcanzado niveles récord. Y el próximo año se concretará un hito histórico en materia medio ambiental cuando logremos descontaminar la totalidad de las aguas servidas urbanas. Cuando ello ocurra, como país nos situaremos a la altura de naciones como Holanda y Suiza. Pero el sector sanitario no detendrá su ritmo de avance e innovación tras alcanzar esta meta. Es por ello que queremos levantar la mirada para contribuir a una reflexión sobre smart cities en Chile. En lo inmediato, estamos trabajando para consolidarnos como una industria ambiental en el “ciclo completo del agua”: captación, producción, distribución, consumo, recolección, tratamiento y nuevo uso. En cada una de estas etapas se está innovando y mejorando, incluida la gestión de las redes de distribución para disminuir las pérdidas. Otro desafío lo constituye enfrentar los efectos del cambio climático, en específico, la sequía. La escasez hídrica es un fenómeno que llegó para quedarse y sobre el cual es preciso tomar medidas inmediatas y de largo plazo, muchas de las cuales tendrán que ver con optimización del consumo. Las sanitarias de Chile atendemos a 88 de cada 100 chilenos todos los días en sus propias casas. Esa estrecha relación nos permite plantear como sector un debate transparente en torno al concepto de smart cities. A fines de noviembre, en Barcelona, España, se van a congregar a los grandes gurús mundiales en torno a las ciudades inteligentes, constituyéndose como el primer encuentro europeo en torno a este tema. Nuestro gremio estará representado en esa importante cita, recogiendo experiencias y visiones para promoverlas y debatirlas en Chile con altura de miras. Guillermo Pickering de la Fuente
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