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Empresa: Aguas del Valle
Medio: El Día
Fecha: 3 de marzo de 2022

Un trabajo permanente con las juntas de vigilancia para identificar el uso y distribución del agua que aún queda disponible, la habilitación de nuevos pozos y la construcción de una planta desaladora –obra a mediano y largo plazo– son parte de las acciones que el gerente de la sanitaria dio a conocer en el encuentro con los consejeros regionales.

Con mínimos niveles de agua en los embalses, pronósticos que auguran un nuevo año eventualmente seco o ‘bajo lo normal’, además de casi nulas precipitaciones de nieve y agua durante el último invierno, la Región de Coquimbo enfrenta un año 2022 especialmente delicado en términos de disponibilidad de agua.

Dicha amenaza afecta especialmente al abastecimiento de agua para consumo humano en localidades apartadas de las zonas rurales, pero también de las áreas urbanas más grandes de la región, como La Serena y Coquimbo, al punto que la palabra ‘racionamiento’ ya forma parte de la realidad noticiosa.

Este tema fue el que se abordó precisamente -con el foco en el abastecimiento de agua potable para los hogares– en la comisión de Desarrollo Social e Inversión del Consejo Regional, que tuvo su última sesión para el actual período 2018 – 2022, celebrado este miércoles.

A dicho encuentro asistió el gerente de la empresa Aguas del Valle, Andrés Nazer, quien además detalló las medidas que actualmente está desarrollando la empresa para enfrentar la crítica situación hídrica de la región con el objetivo de no llegar al escenario del racionamiento.

En la oportunidad, Nazer explicó que en cuanto a las precipitaciones, éstas presentan un 81% de déficit en La Serena, 76,7% en Combarbalá y un 67,9% en Illapel, mientras que los embalses siguen disminuyendo en cantidad, con un Puclaro al 32% de su capacidad, La Paloma al 15% y El Bato en un 5,7%.

Asimismo, el gerente de la sanitaria añadió que los volúmenes de agua embalsada actuales no se habían registrado antes en la región. De hecho detalló, mientras en 2015 se llegó a un promedio regional mínimo del 22%, recuperándose luego estos niveles embalsados hasta llegar a un 83% en 2017, este 2022 se cayó nuevamente a un 18% promedio embalsado regional.

CRÍTICO PANORAMA

Uno de los puntos que destacó el ejecutivo de la sanitaria es que durante los últimos años se han emprendido diversas acciones por parte de la empresa, especialmente en localidades alejadas de la región y afectadas por la sequía, para que no les falte agua, por ejemplo, a través del reforzamiento con camiones aljibe.

No obstante, el gerente de Aguas del Valle advirtió que la disponibilidad de agua ha ido en constante disminución en los últimos años.

‘Todas las localidades que están en el Limarí, desde Ovalle hasta el sector de Combarbalá ya están manifestando una disminución muy importante de sus fuentes y por lo tanto, la única forma de poder mantener el servicio de agua potable a esos usuarios es llevándoles agua con camiones aljibe, potabilizándola y distribuyéndola como lo hemos hecho siempre’, explica.

Respecto del escenario de la conurbación La Serena – Coquimbo, hoy el embalse Puclaro está en un 32% de su capacidad y, como explicó Nazer, ‘si mantenemos el uso que se ha hecho durante los últimos años, con un desmarque mínimo del 20%, el agua se va a acabar en noviembre de este 2022, llegando a su volumen mínimo, o también llamado ‘volumen muerto’. Ese es el escenario más complicado’.

Así, a nivel general, Andrés Nazer explicó que la sanitaria ha ido migrando en sus fuentes de abastecimiento de agua: mientras en 2006 se abastecían en un 48% de agua superficial y un 52% de aguas subterráneas, mediante pozos, en 2020 se abastece en un 69% de agua subterránea y un 31% de agua superficial para llevar el agua a los hogares.

MEDIDAS

Al respecto, el consejero regional, Lombardo Toledo valoró lo expresado por el gerente de Aguas del Valle, pues a su juicio, ‘fundamenta y reitera lo que este consejo por largos años ha reiterado y ha diagnosticado y también ha dado las soluciones y las propuestas al tema hídrico (…) desde antes del año 2018. Pero a nivel central, no se ha dado el ancho para sopesar lo que se nos viene si es que seguimos en esta misma inercia que hemos tenido hasta el momento’, aseguró.

De esta forma, para evitar un eventual racionamiento, la empresa señaló que se mantiene un trabajo permanente con la Junta de Vigilancia de Río Elqui, con el fin de abordar el uso que se dará al agua que queda y su distribución, poniendo énfasis en el agua para consumo humano.

Además, se está ejecutando la construcción de 15 pozos nuevos, que se definieron de acuerdo a estudios hidrogeológicos que indican que la capacidad máxima de captación de agua podría ser de 600 litros por segundos. Lo anterior será finalmente verificado una vez ejecutados los pozos, pues las fuentes de agua subterránea igualmente están sufriendo una disminución permanente en sus niveles, por lo que las aguas superficiales, provenientes del embalse, sí o sí son necesarias para evitar interrupciones del suministro para los hogares.

A mediano y largo plazo en tanto, la empresa también tiene en vista la construcción de una planta desaladora, con la cual se busca respaldar el consumo humano de agua potable para las comunas de La Serena y Coquimbo en una primera etapa y, luego, de ser requerido, para otras localidades de la región. Se espera que entre en operación para 2025 o 2026.

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