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El agua potable que producen y distribuyen los socios de Andess cumple con estrictos parámetros de calidad, resumidos en la NCh 409, una norma diseñada por médicos siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. 

Es un producto sano, seguro, no contiene colorantes, endulzantes, ni saborizantes y su calidad es avalada por cientos de miles de muestras analizadas por laboratorios acreditados, cuyos resultados son controlados por las autoridades regulatorias y de salud. 

Las características del agua varían según la fuente de abastecimiento de donde se extrae. Esto hace que la composición del agua potable y la percepción de esta por parte de la población varíe a lo largo del territorio nacional. A pesar de las diferencias en su percepción, la forma de evaluar la calidad del agua potable es la misma en cada localidad del país: la NCh 409.

En Chile, la autoridad fiscalizadora en materia de legislación sanitaria y sus normas técnicas es la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), en tanto que la calidad del agua potable como recurso apto para el consumo de las personas se rige por las normas, reglamentos y decretos del Ministerio de Salud (MINSAL).

La percepción organoléptica (sabor, color, olor y temperatura) del agua potable no es la misma en las diferentes zonas del paí­s. Las aguas «duras», por ejemplo, son ricas en sales minerales como calcio y magnesio, lo que popularmente se conoce como «sarro».

El agua en Chile contiene naturalmente sales de calcio, que, si bien pueden formar depósitos blancos en los artefactos domésticos, son inocuas para la salud de las personas.

Las autoridades de salud exigen cloro en el agua potable porque actúa como desinfectante activo y garantiza que luego de su trayecto por las redes hasta la llave del hogar, el agua potable está apta y segura para el consumo humano. Esto permite que el simple acto de lavar una fruta o lavarse las manos con agua potable, ayude a prevenir enfermedades,

A través de la instalación de modernos sistemas de abatimiento para remover arsénico y en algunos casos la sustitución de la fuente original por agua de mar, se han alcanzado niveles de calidad superiores a los exigidos por la norma chilena.

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