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Señor director

A raíz de nuestra columna ‘Aguas Servidas Tratadas’ (AST) publicada el 3 de marzo en ese medio, el presidente de la Junta de Vigilancia III Sección Río Mapocho, nos pide aclarar la distinción entre ‘reúso indirecto’ y ‘uso consciente y dirigido’ de las AST.

Una tarea principal de las empresas sanitarias es entregar agua potable de calidad y 24/7 a los habitantes de las ciudades, todo ello de acuerdo con la normativa legal vigente. Por ello, las aguas regeneradas constituyen una reserva estratégica para las ciudades y sus habitantes frente al escenario de extrema escasez hídrica de los últimos años. El reúso de las AST nos permitiría contar con mayor seguridad en el abastecimiento, al permitir más de un uso, y una gestión más eficiente y responsable del agua frente a los desafíos del cambio climático.

Al hablar de un ‘uso consciente y dirigido’ nos referimos a que, frente a la creciente escasez de agua y el aumento de la demanda, nos aseguremos que las AST se utilicen de forma racional entre los diversos usos posibles, entre otros, infiltración de acuíferos; riego agrícola, riego de parques, jardines y recintos deportivos; minería, industria y construcción; incluso a futuro la repotabilización, como sucede hoy en otros países.

Concordando entonces con el Sr. Valdés, la gestión del agua debe basarse en hechos y datos concretos que permitan utilizarla de la mejor forma y, también, preservarla para el futuro.

Por Jessica López, presidenta ejecutiva de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios, Andess AG

Fuente: La Tercera.

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