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La sanitaria informó el inicio de anteproyecto para construir planta que podría abastecer de agua potable, en una primera etapa, a los vecinos de la conurbación.

Desde hace varios años que Aguas del Valle está trabajando para contar con una planta desaladora en la Región de Coquimbo. El gerente regional de la sanitaria, Andrés Nazer, informó que ahora iniciaron los estudios exploratorios, que consisten en el levantamiento del entorno medioambiental y social del sector donde se podría ubicar la futura planta, en la zona sur costera de Coquimbo. El objetivo es ‘estar listos para cuando una desaladora sea necesaria para contar con una solución que asegure el suministro de agua potable para gran parte de la región, sin depender de la estacionalidad climática actual’, afirma. 

  • ¿Cuándo esperan ingresar el proyecto a evaluación ambiental?

“Estamos trabajando para contar con todos los antecedentes e ingresar a evaluación ambiental durante el próximo año. De acuerdo con los balances hídricos, una desaladora podría requerirse a partir del 2026”.

  • ¿Cuáles son los avances que tienen?

“Estamos hace ya un par de años trabajando en esta iniciativa. Ya hemos avanzado en análisis preliminares, ingeniería conceptual y solicitud de la concesión marítima. Estamos estudiando todos los aspectos para elaborar un proyecto robusto en la zona”.

  • ¿No deberíamos contar ya con una desaladora?

“Hasta ahora, hemos logrado mantener la continuidad del suministro a través de una cartera de diversas obras, con inversiones por cerca de $ 50 mil millones, que nos han permitido que ningún cliente tenga corte de agua potable en sus hogares por baja en los pozos o ríos. Sabemos, sin embargo, que el clima en nuestra región está cambiando, el recurso es cada vez más escaso y este tipo de proyectos requieren de una larga planificación, inversión y ejecución, por eso buscamos estar listos para el momento en que este proyecto sea necesario y garantizar así la seguridad hídrica para miles de familias. El balance de oferta y demanda detonará en el momento adecuado la decisión de construir, sobre todo cómo se comporten las precipitaciones en la zona”.

  • ¿Una desaladora, significa un impacto en tarifa? 

“La tarifa resultante dependerá del proceso normado que se llevará con la Superintendencia de Servicios Sanitarios, pues en nuestro sector las tarifas son reguladas y dependen de un estudio técnico con la autoridad. En Chile, existen plantas desaladoras que se han incorporado en los cálculos tarifarios bajo distintos modelos de financiamiento y operación, cada uno de los cuales implica distintos impactos en la tarifa final. Sin embargo, dado que habrá un aumento en la calidad y seguridad de suministro es previsible que implique un aumento. Estamos trabajando para que sea lo más acotado posible”.

  • ¿A quiénes beneficiará la futura planta? 

“En una primera etapa, la desaladora estará enfocada en robustecer el suministro para consumo humano de agua a la conurbación, pero nuestra idea es que pueda crecer gradualmente y a futuro también pueda apoyar a otras localidades de la región. Proyectamos que en una primera fase producirá 200 l/s y podrá ir ampliándose de acuerdo con la demanda”.

  • ¿Cómo se ha trabajado con la comunidad? 

“Ya estamos en contactos iniciales con la comunidad, para contarles de los planes y estos estudios preliminares y les informaremos paso a paso. Queremos fortalecer este trabajo en terreno, pues es un insumo muy importante para poder construir un proyecto robusto y en armonía con nuestros vecinos y el medioambiente”.

  • ¿Qué impactos medioambientales tiene una planta desaladora? 

“El principal descarte de la planta es la sal presente en el agua de rechazo o salmuera, que se devuelve al mar mediante un sistema de descarga que permite asegurar su rápida dilución. En Chile ya hay bastante experiencia en el norte, que demuestra que este tema está bien controlado y se resguarda adecuadamente el medioambiente”.

Fuente: Diario El Día.

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