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Por Carlos Méndez, Gerente General Aguas Antofagasta. 

El pasado lunes 22 celebramos el Día Mundial del Agua, conmemoración que recibimos en medio de una pandemia por Covid-19, que nos tiene hace más de un año en Estado de Catástrofe, con continuos confinamientos y un permanente recuerdo de la importancia del uso de este recurso vital para prevenir contagios. 

Pero sabemos que este rol clave que juega el agua ahora, se extenderá en el tiempo, más allá de la actual emergencia sanitaria mundial, puesto que los efectos de la crisis climática hacen cada día más inestable el abastecimiento con fuentes de agua continentales, lo que nos obliga a todos a repensar con responsabilidad el uso y aprovechamiento que le damos al agua.

Esta realidad, que cada día tenemos más presente, nos recuerda la importancia de seguir mejorando en calidad de servicio a los habitantes de la región de Antofagasta, a partir de contar con un sistema que dé mayor seguridad de suministro a cada uno de los hogares. 

Sin duda la continuidad del servicio es parte de los objetivos fundamentales que hemos perseguido en Aguas Antofagasta desde la llegada del Grupo EPM a su administración en 2015. En efecto, entre 2015 y 2020 hemos invertido más de 220 mil millones de pesos, para robustecer nuestro sistema de producción, de distribución y recolección. De hecho, sólo durante el año 2020 concretamos inversiones históricas por más de 44 mil millones de pesos, con más de cien proyectos ejecutados para reforzar la infraestructura de cara a los desafíos que impone el aumento sostenido de la demanda en los próximos años.

En tanto para este 2021 las obras a ejecutar implicarán una inversión que supera los 56 mil millones de pesos e incluyen obras emblemáticas para asegurar abastecimiento a la actual y futura demanda en medio del desierto más seco del mundo. 

Como lo hemos dicho antes, la desalación es nuestra apuesta para darle sustentabilidad al suministro de agua potable en esta zona del país, donde las precipitaciones escasean y las reservas naturales de las napas subterráneas y afluentes cordilleranos están cada día más inestables producto de la alta demanda industrial, sumado a los efectos del cambio climático. 

Sumado a este esfuerzo por dar sustentabilidad al suministro de agua potable, también estamos preocupados por nuestras intervenciones en la vía pública. Sabemos que es un anhelo permanente de la comunidad el que nuestras obras no sean invasivas. Por eso desde hace algunos años comenzamos a incorporar paulatinamente el uso de tecnología a los proyectos de refuerzo y reposición. Como por ejemplo las tecnologías de Cracking, CIPP, Hot Tapping y Line Stop, que en conjunto tienen por misión evitar la generación de zanjas o rotura de pavimentos en la calle, disminuir los ruidos molestos, reponer ductos sin cortar el suministro y evitar obstrucciones vehiculares, entre otros beneficios.

Sin duda estamos más que preocupados, estamos ocupados en atender aquellos requerimientos que la comunidad nos demanda, así como aquellos que debemos atender por el rol de acompañantes activos del desarrollo regional.

Fuente: El Mercurio de Antofagasta.

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