Saltear al contenido principal

Empresa: Esval
Medio: El Mercurio de Valparaíso
Fecha: 15 de marzo de 2022

REGIÓN. Esval trabaja en un proyecto hacia inicios del 2024 para asegurar el abastecimiento de la zona, sin depender del agua embalsada en el lugar.

Una compleja situación es la que se vive en el tranque La Luz de Curauma. Hace años quedaron atrás las postales con las cuales se acompañaba la expansión inmobiliaria en el sector. Desde fines de 2016, el lugar fue adquirido por Esval para garantizar el abastecimiento de agua a la población del sector, que se eleva a una cifra aproximada a los 15 mil hogares. Y desde allí el nivel del embalse ha bajado, pues, al igual que Peñuelas, depende exclusivamente de las lluvias para su llenado, las cuales han sido prácticamente nulas. Su capacidad es de aproximadamente 5,5 millones de m3. Ya en 2018 se situaba en 5,1, el 2019 en 4,4, el 2020 subió levemente a 4,7y el 2021 cayó a 3,7. «Actualmente, el tranque cuenta con poco más de 3 millones de metros cúbicos acumulados (un 57% de su capacidad total). Sin embargo, ha registrado una disminución del 23% en comparación al verano pasado.

El descenso en el volumen total del tranque responde a una sequía estructural, ya que depende exclusivamente de las recargas por lluvias», comentó el gerente regional de la sanitaria, Alejandro Salas, quien recuerda que ya no se cuenta con la reserva de Peñuelas, prácticamente seca y que no se utiliza hace más de un año. El ejecutivo subrayó que gracias a la utilización de este embalse artificial se ha logrado evitar el racionamiento en la zona. «Previendo periodos críticos de sequía, a fines de 2016 adquirimos el tranque con el objetivo de tener una reserva para respaldar el suministro en la zona. Gracias a esta fuente, más de 15 mil hogares de Placílla y Curauma cuentan con agua potable en sus hogares, ya que sin ella tendríamos racionamientos hace años en el sector-, precisó.

NUEVO PROYECTO

En la actualidad, el tranque La Luz suple lo que aportaba Peñuelas al abastecimiento de la zona, que era aproximadamente un 30% del total. Y el resto es aportado por una conducción que proviene del acueducto Las Vegas y del embalse Los Aromos. Y como lo más probable es que los niveles de llenado del embalse sigan cayendo producto de la escasez de lluvias, la sanitaria trabaja en un proyecto que pretende no depender de ese suministro para abastecer a la zona.

«Llevamos trabajando por más de una década para enfrentar este escenario y hemos logrado mantener la continuidad del suministro para nuestros clientes. Lo seguiremos haciendo. Por ello, ya iniciamos un proyecto que busca robustecer la conducción y elevación de agua potable a la zona desde Valparaíso, independizando el uso de las aguas del tranque La Luz en el corto y mediano plazo», explicó Salas, añadiendo que dada la condición climática no se puede depender de la lluvia. Se estima que ese proyecto estaría operativo a inicios de 2014 ante cualquier eventualidad respecto al tranque, si es que la magnitud de la sequía se mantiene. «En la condición de anteponernos a lo que pueda pasar con la sequía, nosotros ya hemos comenzado a desarrollar un proyecto que va a permitir descolgamos del tranque, pensando que la sequía estructural va a seguir y nos va a seguir golpeando.

Por lo tanto, si se seca estamos generando una iniciativa que considera elevar agua para satisfacer la demanda de Placilla y Curauma que debiera estar no más allá de enero de 2024″, remarcó el ejecutivo. Agregó que en virtud de ese proyecto, «nuestras proyecciones de uso del tranque La Luz, nos daría la tranquilidad que llegaríamos con el agua que hoy nos suministra el lugar en caso que no se recargara por la ausencia de lluvias o que no fuera lo suficiente en los próximos dos años». Por último, manifestó que el nivel actual del tranque permite respaldar el suministro de esta temporada. No obstante, subrayó que la sostenibilidad de esta fuente depende en gran medida del próximo invierno y el comportamiento de consumo de los habitantes de la zona. Por ello, reiteró el llamado al uso responsable del agua para cuidar esta reserva hídrica.

PRINCIPAL EFECTO

El académico de la escuela de Construcción y Transporte de la PUCV, Andrés Fernández, indicó que «lo que estamos viendo es que el principal efecto que hace que actualmente disminuya fuertemente el nivel de agua en el tranque La Luz es el uso en agua potable y saneamiento». Asimismo, agregó que la cantidad de tiempo en que pueda seguir suministrando agua depende de la cantidad de precipitaciones, pero también del consumo. «El plazo va a disminuir dependiendo de la cantidad de gente», aseveró.

«NO SE TIENE CONCIENCIA»

En tanto, el académico de la Escuela de ingeniería Civil de la UV, David Poblete, señaló que «claramente, el aumento de urbanizaciones requiere de un abastecimiento seguro de agua y que va a impactar en las fuentes más cercanas. Esto no es algo nuevo y siempre debe ser considerado cuando se proyectan nuevas urbanizaciones o parcelas de agrado o cualquier otra actividad. No hacerlo es una irresponsabilidad de los que proponen estas nuevas urbanizaciones». Agregó, en este sentido, la importancia de que las personas cuiden el recurso. «Creo que en las ciudades no se tiene gran conciencia de esto porque siempre hay agua cuando abrimos la llave», dijo el académico.

Volver arriba