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  • Durante 2020, en un contexto de sequía y pandemia, las empresas sanitarias mantuvieron la calidad en la prestación de los servicios y el ritmo de las inversiones en infraestructura, gracias al compromiso de diversos actores vinculados a la industria.

Las empresas sanitarias destinaron cerca de 90 mil millones de pesos (unos US$ 120 millones) en iniciativas para asegurar el suministro de agua potable a la población para este verano en curso (2021). 

Datos de la Gerencia de Estudios de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios, Andess AG, muestran que el 89% de esa cifra corresponde a inversión en diversas obras de infraestructura hídrica y el resto a gastos directamente asociados a ella, como arriendo y compra de derechos de agua y compra de agua cruda. En un año de pandemia, donde la disponibilidad continua de agua potable es un elemento clave para detener la expansión del coronavirus.

Ello se hizo en un contexto de una prolongada sequía, además de los efectos de la pandemia. Según la Dirección General de Aguas del MOP, Chile completó 12 años de sequía, y -a su vez- el 2020 fue el cuarto año más seco de la década.

La pandemia puso a prueba la capacidad de adaptación y respuesta de la industria. Gracias al compromiso de sus trabajadores y accionistas, las empresas mantuvieron la calidad en la prestación de los servicios y el ritmo de las inversiones en infraestructura, asegurando el suministro ininterrumpido en calidad y cantidad a sus clientes, manteniendo la salud y seguridad de sus trabajadores.

A pesar de todas las dificultades descritas, las acciones realizadas por las empresas de servicios sanitarios en producción y distribución de agua potable permitirán mantener – como se ha hecho hasta ahora – la continuidad de abastecimiento en las ciudades este verano. 

Todas las inversiones y gastos se financian gracias al pago por parte de los clientes de las tarifas a las empresas de servicios sanitarios.

Acciones

Las empresas socias de Andess han trabajado hace tiempo en alinear sus planes de inversión con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el ODS 6 sobre acceso al agua potable y saneamiento. Para ello, han definido cuatro grandes líneas de acción: Acceso universal, Calidad de servicio, Inversiones verdes y Resiliencia (obras de seguridad). Estas líneas se expresan en:

    • Inversiones que permiten asegurar que el agua potable siga llegando a todos los hogares dentro de sus territorios de operación.
    • Inversiones en calidad de servicio, en aspectos como calidad del agua potable y la continuidad. 
    • Inversiones que mejoran los entornos de las comunidades y el medioambiente, por ejemplo, la incorporación de más tecnología para el tratamiento de las aguas servidas.
    • Inversiones en resiliencia, que permitan contar con sistemas cada vez más robustos para una mayor seguridad hídrica.

Las inversiones de la industria en agua potable buscan mantener la continuidad del servicio frente a la mayor demanda y los desafíos operacionales que plantea el cambio climático.

Si bien en 2020 hubo más lluvias y acumulación de nieve que en 2019, todavía hay déficit en muchas fuentes superficiales, en especial en la zona central. Las precipitaciones permitieron que los niveles de las napas se mantuvieran estables o experimentaran una curva de descenso menos pronunciada que al comenzar el año.

Las empresas asociadas en Andess cuentan con 267 plantas de agua potable, que en conjunto representan una capacidad de producción de agua potable de más de 100 mil litros por segundo. 

El 52% de las fuentes de agua es superficial y 48% subterránea. El origen del agua superficial disminuye en dos puntos porcentuales respecto de 2019, lo que refleja un mayor uso de aguas subterráneas a causa de la disminución de los caudales históricos de importantes fuentes superficiales (principalmente ríos). 

En zonas afectadas duramente por la sequía, las empresas sanitarias han debido incorporar nuevos recursos hídricos, a partir del arriendo o compra de derechos de agua, compra de agua cruda y obras adicionales para entregar mayor seguridad hídrica. Estas acciones se realizan hace varios años entre las regiones de Coquimbo y Biobío.

Las compañías ejecutaron nuevos pozos e interconexiones para mantener la oferta de agua para ser potabilizada. Ejemplo de ello son la construcción y habilitación de sondajes en la Región Metropolitana y diversas ciudades de Chile como La Serena, Ovalle, Illapel, Salamanca en la Región de Coquimbo; Valparaíso y San Antonio en la Región de Valparaíso; Chillán, Los Ángeles, San Carlos, Santa Clara, Chanco, Curepto, Empedrado y otras localidades entre las regiones de O’Higgins y Ñuble, así como en Renaico, Temuco, Villarrica y otras localidades de la Región de la Araucanía.

Para enfrentar el crecimiento de las ciudades y la demanda por agua potable en un escenario de sequía, destacan iniciativas de inversión en tecnología en plantas de agua potable, gestión inteligente y mantenimiento de los sistemas de producción y distribución de todas las localidades abastecidas por las empresas sanitarias. Ejemplos de lo anterior son la planta desalinizadora de Tocopilla, la conducción Aromos-Concón para el Gran Valparaíso, ampliación de la planta de osmosis inversa de Copiapó y planta de agua potable de Tierra Amarilla y nuevas unidades de tratamiento en plantas de agua potable, obras para enfrentar la sequía en la localidad de Rancagua, reposición de redes y planes de eficiencia hidráulica que incluyen gestión inteligente de la red en Arica y Parinacota, Tarapacá, de la Araucanía, Aysén y Magallanes. 

En cuanto a resiliencia, sobresalen las obras de seguridad de abastecimiento para eventos de turbiedad en las regiones Metropolitana y de Aysén.

Respecto al desembolso en arriendo y compra de derechos de agua, así como compra de agua cruda a otros usuarios, ocurre principalmente entre las regiones de Coquimbo y Metropolitana.

Evolución anual y tendencias

El siguiente cuadro muestra la evolución de la inversión y gastos en agua potable entre los años 2018 y 2021. El total de desembolso en ese período fue de $387.749 millones, con un promedio anual de inversión y gastos de $ 96.938 millones.

Una de las principales razones de la disminución obedece a un menor gasto en compra de agua y arriendo de derechos de agua, gracias a la mayor cantidad de agua en fuentes superficiales, producto de una mejoría en la disponibilidad de agua dado que el año 2020 fue más lluvioso y cayó más nieve en la cordillera, lo que favoreció a los acuíferos y los deshielos respectivamente; y al término de grandes obras iniciadas anteriormente. 

La evolución en los desembolsos desde 2018 (cifras en millones de pesos) se aprecia a continuación:

Item 2018 2019 2020 2021 (destinado a este verano)
Inversión 59.711 92.070 116.308 79.744
Gastos 1.847 9.106 19.288 9.675
TOTAL

Fuente Andess

61.558 101.176 135.596 89.419
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